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11 de mayo de 2024 | Nacionales

Ante un “presidente virtual”

Interna en llamas en el gobierno nacional

El gobierno de Javier Milei afronta su peor crisis desde su asunción y no se esmera por disimularlo.

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por:
Alberto Lettieri

Javier Milei hace las veces de “presidente virtual”, limitado a dar entrevistas a operadores políticos cómplices y a algunos medios internacionales –en las que generalmente derrapa-, a tuitear cada vez menos y a repetir discursos utópicos en sus viajes, cada vez más frecuentes, para alejarlo de las negociaciones políticas que están condenadas al fracaso cuando mete la mano o abre la boca.

En tanto, Karina Milei ha asumido como el “jefe de estado real”, y hasta se preocupó por comunicarlo al difundir la foto de la última reunión de gabinete.

Pero el conflicto va mucho más allá de la psiquis presidencial y su relación viscosa con su hermana. Luis “Toto” Caputo atraviesa su peor momento, no sólo porque la economía se le escapó de las manos hace rato, sino también porque se enteró de que tiene todas las fichas puestas para su remoción. El gobierno debe entregar alguna cabeza a la que responsabilizar de la catástrofe que provocó sin necesidad y la suya parece ser la más indicada. No trajo las inversiones que prometió, se terminó peleando con los tomadores de Bopreales por el impuesto PAÍS que pretende aplicarles, y hasta el FMI y el gobierno de los Estados Unidos salieron a reprocharle su decisión de que querer pagarle a las energéticas con un bono a largo plazo y escaso atractivo. El campo, además, prácticamente no liquida con este dólar aplastado, y la movilización por la universidad pública y el contundente paro de las centrales sindicales de este jueves han demostrado que la protesta social sigue viva y dispuesta a reiterarse cada vez con mayor frecuencia si no hay un golpe de timón.

Los 15.000 millones de dólares que necesita Caputo no aparecen por ningún lado. El alineamiento con Israel le cerró las bolsas del mundo islámico; China quiere cobrar sus préstamos a un gobierno que vive descalificándola y que logró que Brasil desplazara a la Argentina como principal proveedor de alimentos al gigante asiático; el FMI no confía en Caputo ni en la gobernabilidad de esta gestión: el Banco Mundial, el BID y la CAF por la suspensión de los proyectos de infraestructura. Tampoco aportan los fondos de inversión que palmean en público a Milei pero le cierran la caja, y sólo llegaron capitales buitres especulativos atraídos por la bicicleta que armó el ministro apelando a su experticia como “timbero financiero”.

El superávit anunciado con bombos y platillos la noche previa a la gigantesca marcha universitaria en todo el país quedó expuesto en toda su falacia con el estallido del escándalo con las energéticas que le rechazaron el bono que les quiso imponer Caputo para saldar la deuda acumulada. El ministro no pudo más y estalló: "Son unos ladrones, se la llevaron toda, los voy a destruir".

La misma incontinencia verbal la aplica a las pymes a las que acusa por no bajar los precios, como ya lo hizo con las prepagas. "Los voy a fundir, los voy a tapar de importaciones chinas".

Por más que patalee, Caputo sabe que su reemplazo está en vías de concretarse. No tiene plan alguno para salir de la depresión que creó junto con Milei y Federico Sturzenegger. Este último no es funcionario y el primer magistrado está muy cómodo exhibiéndose y vociferando como para asumir la responsabilidad. “Toto” quedó solito.

Por si fuera poco, se han definido dentro del gabinete dos bloques, uno compuesto por el propio Caputo y Nicolás Posse; y el otro por Karina Milei y Santiago Caputo. Estos últimos advirtieron que nunca les llegan los fondos para comprar votos y gobernadores, por la reticencia del jefe de Gabinete, que maneja en tándem con el ministro de Economía las cajas de las empresas públicas, pero cuando los precisa Posse los obtiene inmediatamente. Dos semanas atrás hubo una durísima pelea entre Milei y el “Toto”; después Posse fue desplazado de la negociación de la ley Òmnibus por Santiago Caputo; y dos días atrás Karina Milei presidió la reunión de gabinete, aunque el jefe de ministros estuviera presente.

Para peor, ante la inconsistencia de la gestión y los rumores de eyección de Caputo, empresarios e inversores comienzan a tomar decisiones para resguardar su capital, que profundizarán la depresión y, probablemente, incrementarán la inflación. No sería de descartar una disparada de la brecha entre el dólar oficial y los alternativos.

Lo peor es que recién se está comenzando a ver la catástrofe que desde este medio anunciamos durante la campaña presidencial y de la cual -pese a su gravísimo impacto descargado sobre la mayoría de los argentinos- sólo asistimos a sus primeras señales. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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