Larroque, bailando en la cubierta del Titanic

La estrategia pareciera ser no acusar recibo de los golpes que la realidad le infringe a la gestión de Axel Kicillof, al Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA) y a la sociedad, que se entera por la prensa que sus victimarios vuelven a estar libres tras una fuga o luego de alguna amenaza recibida desde las redes sociales.

Lo cierto es que el mal funcionamiento del OPNyA es insoslayable. Y para muestra falta un botón: los casos mediáticos como el del empresario Blaquier o el joven jugador de Midland se repiten por decenas cada mes.

A comienzo de semana, el ministro celebró el día de la Memoria: su desvarío le ha permitido ignorar el contexto agobiante que se vive en los dispositivos a su cargo. Mientras arengaba con entusiasmo a la militancia en compañía de Guillermo Moreno y el ex senador Jorge “El Loco” Romero -quien hizo su primera aparición pública luego de que La Cámpora lograra cerrar el caso por abuso sexual que lo tuvo a maltraer durante años-, el instituto de Virrey del Pino atraviesa una crisis terminal que viene arrojando tres días de motín sofocados, un menor internado en un hospital local con un pulmón perforado y los directivos del lugar en una delicada situación de gobernabilidad.

Ahora, la situación llegó a tal extremo que durante estos días uno de los agentes recibió un palazo en la cabeza por parte de los reos (y no es el primero). A esto se suma que los trabajadores no quieren asistir al trabajo porque la situación es caótica y peligrosa.

Al cierre de esta edición, las novedades indican que trasladaron intoxicado con gases lacrimógenos a uno de los jóvenes –de apellido Soto, de 22 años- y que el nuevo director zonal Juan Rebairols daba explicaciones a los familiares de los reos en el patio interno de Virrey del Pino. Además, el saldo es de varios trabajadores denunciados por los reos, por ingresar sustancias prohibidas y proveérselas a los internos.

Rebaroils viene como reemplazo del eyectado Mariano Navarro (quien diera la orden de cerrar el dispositivo de Nogués), que a pocos días de entrar en funciones en una de los tantos cargos que inventó la gestión Larroque, aparece ahora como un as bajo la manga de Viviana Arcidiácono y Laura Sporetti quienes -según comentan los trabajadores- no saben nada del asunto y tienen pánico ante las situaciones de conflicto que se viven a diario.

En fin, su área de incumbencia será sobre cuatro instituciones: Virrey del Pino, Lomas de Zamora (con dirección renunciada), Pablo Nogués (cerrado hace más de un año) y el instituto de jóvenes femeninas de Merlo, que es noticia al menos una vez por mes.

Fuera de esto, en otra de las áreas del organismo las cosas no son mejores. En estos días, en el instituto Pelletier, recibió derivadas a dos jóvenes del régimen cerrado de Merlo, donde “no pudieron con ellas” y tuvieron la brillante idea de trasladarlas a este régimen totalmente distinto. El resultado fue el obvio: asistentes golpeados, amenazados por las reas y también por las autoridades.

Claudio Otero, quien a fuerza de presión sobre los trabajadores intenta que no trascienda nada hacia la prensa, ha puesto a cargo de varias instituciones a personal con denuncias de abuso sexual y violencia laboral. Ante el hartazgo del personal del Pelletier, que, cansado del maltrato ha decidido enfrentarlo, no tuvo mejor idea que pedir asistencia a su superior directa, Viviana Arcidiácono, quien se ha hecho presente para reforzar la posición de Otero, quien es el mayor aspirante a sucederla en su cargo y de quien se mofa siempre que tiene oportunidad. Lo cierto es que el personal del Pelletier está harto pero unido contra el atropello.

Increíblemente, esto no es lo único que sucede en estos días: al predio de instituciones de menores de Abasto se le sumó una nueva fuga. En este caso del instituto Ibarra, a cargo de Ariel Mascena, un abogado sin experiencia y aún en planta temporaria cuyo único atributo para ocupar ese cargo fue el de ser pareja de la licenciada Marta Casali, quien hasta hace poco fue directora regional.

Sin embargo, ninguna de estas cosas puede ser motivo suficiente para opacar la celebración del día de la Memoria o cualquiera fuera el festejo eventualmente por parte de las autoridades. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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